De paseo XXII

Allá donde empiezan los chupitos de licor café, los gintonics y las hamburguesas nocturnas. Allá donde Goya guarda sus payasos y feos monstruos. Allá donde el arte también está entre las piedras y meadas de perros. Y donde todavía se puede oler el mar y sentir de primera mano la niebla entrando en la ciudad. Allá donde los académicos debaten sobre arquitectura o música. Allá donde comienzan las cuestas arriba para llegar a casa.

Allá se ha quedado un jarrón de papel en el que habita una flor que jamás será olida.

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