Al día siguiente
La gente sale en manadas a la calle. Pasean al perro, compran el pan y saludan al vecino comentando la pasada tempestad. Terrible, terrible. El aire huele a humedad y a cocido de domingo y las aceras, poco a poco recogen los charcos, que se esconden bajo los baldosas viejas y rotas. Verdín y líquenes […]